Memorias de un desconcierto

Memorias de un desconcierto

martes, 21 de enero de 2014

Jubilación

El día que Juan se jubilaba fue al trabajo vestido de frac. Toda una vida arreglando motores, escuchando el ronroneo de los vehículos al arrancar para así saber, de una forma casi milagrosa, que problema tenían. Su mono de mecánico hoy lo cambió por el traje que llevó el día de su boda. ¡¡Tanto años pasados!! y mírame aún me queda bien, se decía a su imagen reflejada en el espejo. Fue uno de los tantos que se exiliaron al acabar la guerra. Cruzaron el Atlántico con la esperanza de dejar atrás el horror. Allí se aficionó a los tangos arrabaleros, a ese cantar desgarrado, a ese bailar retador. Carlos Gardel sonaba hoy en su cabeza. 'Volver'. Esa canción le marco buena parte de su vida. Siempre estamos volviendo a algún sitio, decía. A aquel que conocemos, o a aquel que mil veces hemos soñado. Y con la vuelta de la democracia, Juan, volvió a su tierra. Atrás dejó muchos años en tierras argentinas. Se quedó su mujer, que unas malas fiebres se la llevaron. Se quedó su juventud. Una vida erosionada, desgastada, en ocasiones fea y triste. Pero no la cambiaba. Es mi cadena, no la que me ata, la que eslabón a eslabón me lleva desde mi nacimiento hasta el día que me muera. Invitó a sus compañeros de trabajo a tabaco y café y les cantó, por última vez, 'El día que me quiera'. Sintió que el corazón se le encogía, que se estaba torpedeando cuando unas lágrimas minúsculas, nucleares, recorrieron su mejilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario