Memorias de un desconcierto

Memorias de un desconcierto

jueves, 26 de junio de 2014

Fiesta de carnaval

En las fiestas de carnaval los mozos del pueblo cogen al señorito de turno. Lo sientan en una silla y lo llevan en marcha por todo la villa hasta la grieta que dejó marcado en el suelo el último terremoto y lo tiran dentro. Dicen los señoritos que es una fiesta bárbara, propia de una cultura subdesarrollada, pero lo cierto es que es muy antigua. Anteriormente se le subía a lo alto del campanario y era lanzado desde allí, pero ese terremoto dejó al pueblo sin iglesia. Es el apoteosis de las fiestas. Luego viene el baile y fin de las mismas.

Al día siguiente los señoritos se suelen reunir. Se quejan de esta costumbre primitiva y elaboran un nuevo programa de fiestas para el año que viene. Evidentemente quitan el paseo en silla.

Lo complicado es convencer a la gente de la conveniencia de quitar ese punto y siempre se encuentran con la oposición total del pueblo.

Es un pueblo atípico este donde yo vivo.

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